El jardín se encuentra en el punto central del convento y Museo San Francisco, un lugar considerado un verdadero oasis en el centro capitalino.
Desde sus calles aledañas es posible divisar las copas de los árboles que presuntuosos se dejan ver.
La frondosa vegetación esta compuesta alrededor de 40 especies arbóreas distintas, que brindan una belleza y paz a cualquiera que se detiene unos minutos.
En su interior la variedad de vegetación es dividida por diferentes senderos y es cohabitada por aves como pavos reales y gallos, junto a todas las demás aves de paso que hacen de este espacio su hogar, la pileta que adorna el punto central de jardín cuenta con tortugas y una gran variedad de peces.
El jardín es rodeado por hermosas columnas toscanas que decoran los pasillos y sostienen lo que hoy sigue siendo el convento de los Hermanos Menores de la Orden Franciscana.